1 mayo, 2025

Alex Hernández, nos adelanta cómo será la versión del Festival De Viña 2014

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Viña del Mar, 27 de Enero de 2014.-  Ya se se acerca  la  fiesta máxima de la música de Chile y Latinoamerica, una nueva edición del certamen  y como en los últimas ediciones estará en la dirección Alex Hernández , una de las figuras en las  que Chilevisión  confía el éxito del evento.

Hernández de dilatada y reconocida trayectoria  en la televisión chilena, fue  el creador de Mekano y Yingo, programas desde los cuales  salieron una gran cantidad de figuras.

La próxima edición del certamen viñamarino es la 55  y se realizará desde el 22 al 28 de febrero, en la Quinta Vergara,  a continuación reproducimos parte de las declaraciones del productor a “El Telégrafo” de Ecuador.

¿Cuál fue el balance general del Festival en la edición 2013?

Muy bueno. Se cumplieron todos los objetivos planteados y todos quedamos muy felices.

¿Cuáles fueron esos objetivos?

El objetivo principal fue tener una parrilla familiar (programación) y eso fue evidente tanto en el anfiteatro como en la sintonía de la transmisión. Hubo noches en las que se notaba claramente cómo se complementaron las diferentes generaciones.

¿En qué se diferenciará esta edición de la anterior?

Más que diferencias se potenciarán los objetivos que hemos ido desarrollando todo estos años, como la empatía con el público, considerando que es un programa en vivo y te están viendo a nivel mundial.
Para ello se ha creado una parrilla de artistas de carácter familiar, considerando que las audiencias son de diferentes edades. Nuestro sueño es que ese ‘ADN’ de Viña, de convocar a la familia frente al televisor, pueda cumplirse.

Luego, entregar un show de clase mundial en el que la tecnología de punta sume y complemente al desarrollo de las emociones.

¿Cuáles son las expectativas para esta edición?

Es algo más que expectativas. El canal y el equipo imagina y sueña resultados, por ello se instala en la obsesión de cumplirlos. Cumplir eso es generar un alto estándar que requiere de mucho trabajo y pasión.

Cuéntenos sobre ese sueño que tanto les obsesiona cristalizarlo como organización…

Lo que hacemos nace de lo intangible. Cada una de las escenas están en nuestras mentes y vamos compartiendo en equipo cada una de ellas para que se sumen nuevas visiones que complementen la construcción. Eso es soñar, cuando imaginas el “cómo podría ser”. Eso se convierte en el objetivo y para lograrlo debemos ser muy respetuosos por lo que imaginamos, aplicando cuotas de obsesión para lograrlo.

¿Qué aspectos se toman en cuenta a la hora de invitar a un artista?

Que sea un gran show. Que sea un artista que llegue a la mayor cantidad de público y genere emociones. En el caso de los artistas chilenos invitados, consideramos que sea uno de carácter universal ya que se trata de un evento internacional. Que sean una carta de presentación importante.

¿Qué tan participativa es la opinión del público?

Este se manifiesta de muchas formas. Desde los pedidos en radios o rankings, las ventas y las descargas y mediante las redes sociales. Todos esos aspectos recrean la opinión de público. Nosotros le sumarnos la trayectoria de cada artista.

¿Hasta qué punto se apoyan en la tecnología?

Considerando que Viña es un referente, nos apoyamos de acuerdo a los tiempos y la utilizamos (tecnología) de manera adecuada, complementándola con el tipo de show de cada artista para que se mantenga su sello y estética dentro del escenario histórico del festival.

¿Cuál es el rider más complejo que le ha tocado recibir como director?

Más que riders, estos son instrumentos que requieren tratamientos especiales. Como el piano de Elton John que viajó miles de kilómetros y aquí fue afinado por otra persona escogida con cuidado. Lo mismo ocurre con los instrumentos de cuerda usados en shows sinfónicos y oberturas.

¿Y con cuánto tiempo de antelación preparan todo?

La verdad es que se comienza desde el día que termina el anterior. Donde cada evaluación genera nuevos desafíos. Luego se empieza a generar una filosofía que complemente los grandes objetivos, un cartel de artistas ideal y una visión comunicacional que permita ir generando un festival con profunda coherencia.

¿Cuántas personas intervienen en la organización?

Cerca de 1.000 personas entre productores, asistentes, seguridad y varios.

De su experiencia en Mekano y Yingo, ¿qué aspectos aplica en la organización del Festival?

Mucho. Ambos proyectos son un aprendizaje maravilloso y sin contar las horas de televisión en vivo porque esto te enseña mucho, especialmente a trabajar en equipo y el valor de las confianzas internas a la hora de generar un megaevento en vivo. Se intenta que sea un evento familiar y masivo, espectacular y de gran factura por lo que se requiere a las personas adecuadas en cada rol.

¿Cómo manejan la seguridad de los artistas invitados y de competencia?

Se colabora desde ambos lados con la idea de que ellos estén cómodos, seguros y que, además, generen espacios para la prensa y el público, tomando en cuenta que se trata de una fiesta. En ese aspecto colaboran con la seguridad del Festival y también la Policía de Investigaciones y Carabineros de Chile, que tiene una gran labor y cuida cada detalle.

¿Qué tan difícil es acceder a artistas globales como Elton John o Rod Stewart?

Más que difícil, ellos y además sumo a Sting, son megaestrellas que los hace más grandes la humildad y profesionalismo al igual que su equipo de trabajo. Ha sido un honor y un gusto trabajar con ellos y atender sus requerimientos apuntando a realizar un show perfecto. Eso para nosotros es un agrado.

Luis Miguel recibió un premio inédito y es el cantante mejor pagado en la historia del Festival, ¿compensó su actuación?

Su actuación fue un gran aporte al Festival.

¿Cree que fue acertada la decisión de Lucero de retirarse del Viña del Mar?

Más que acertada por nosotros fue respetada. Una vez cerrada su decisión, se convirtió en la oportunidad de sumar al Festival a un tremendo artista como es Alejandro Fernández.

¿En qué medida afectó su decisión?

En ninguna medida. La devolución de entradas fue realmente marginal y al conocerse el nombre de Alejandro Fernández aumentó mucho el interés por esa noche.

A la hora de escoger a los miembros del jurado, ¿qué consideran?

Son varias cosas. Por lo general, que sean personalidades del mundo que representan en cuanto a música o espectáculo. Que sean rostros reconocibles y reconocidos dispuestos a participar de la fiesta en su totalidad. Para los jurados su presencia no es solo en las noches, tienen muchas actividades durante la semana y, además, que sean personas sociables que hagan buen ‘team’ con los demás.

¿Qué requisitos se necesitan para entrar a la competencia?

Las bases son nuestra guía y reglamento. Pueden ser conocidos o no. Pero el ideal es que además de ser canciones que tengan su peso específico musical, sean interpretadas por alguien que tenga carisma y cercanía, que sea capaz de llegar a millones de personas.

¿En qué medida apoyan al ganador del Festival?

Para nosotros es de mucha importancia. Este año aumentaron las postulaciones en más de 800 canciones desde todo el mundo, las que una vez elegidas por una selecta comisión, la producción comienza una labor grande y delicada. Aquí participan director de orquesta como productor musical, productores, vestuaristas, maquilladores , director de arte, coreógrafos, producción técnica y diseñadores visualistas.

Se trabaja cada canción a nivel musical, de contenidos y estética. Todo en comunión con los autores e intérpretes, esto por cerca de 4 meses donde se realiza una puesta en escena de 3 minutos que se ve en todo el mundo. Se hace con cariño y profesionalismo.

¿Cree que los realitys musicales han reducido el número de competidores a estos festivales?

No, al contrario, han profesionalizado el mercado de los nuevos artistas. Generan una visión de industria en ellos que hace que logren mejores resultados a todo nivel.

¿Nos puede contar anécdotas memorables en el tiempo que lleva de director?

Hay una muy bonita que sucedió la noche que cantó el chileno Jorge González, gran rockero que ha hecho aportes sustantivos a la música chilena y latina, de quien además soy fan. Cuando se le entregaba la Gaviota de Oro él tenía puestos sus audífonos de retorno y no escuchó el llamado por lo que no pudimos entregársela en el escenario.

Algunos medios asumieron eso como un desaire. Sin embargo al terminar el show y la transmisión él aún estaba en su camarín y fuimos a verlo junto a Pablo Morales y Rafael Araneda y le entregamos la Gaviota. El público la había pedido y por una confusión no la tenía en su poder, hasta que tuvimos el gusto de dársela.

Algo especial fue la visita de Elton John, quien solicitó una motorhome para quedarse en el recinto del show. Teniendo la opción de usar una suite presidencial, usó esa casa rodante con el fin de no llegar tarde a su presentación considerando que la ciudad en verano está llena y eso podría generarle algún atraso.

Eso es lo que llamamos profesionalismo y destacar que un artista de su tamaño elija menor comodidad por no complicar a la producción.

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